lunes, 16 de mayo de 2016

Un primer brochazo sobre la filosofía de Austin


 Austin fue un terapeuta que utilizó la patología lingüística como medio para descubrir lo normal. Para él lo normal es lógicamente primero, lo anormal es gnoseológicamente prioritario. Su idea era ; la filosofía es un saco en el cual se ponen todos los residuos, todos los problemas que permanecen insolubles porque no se ha encontrado un tratamiento que encuentre un asentimiento unánime, porque tan pronto se encuentre se formara una nueva ciencia que tendrá a separarse a medida que define mejor su objeto y afirma su autoridad. Recomendaba la buena paciencia y mucho trabajo en equipo, intento contribuir a la creación de una ciencia verdadera y comprensiva del lenguaje.
Austin realizó la terapia filosófica en tanto que el interés por clarificar los conceptos fue permanentemente en su carrera filosófica. Realizaba seminarios en los que se discutían las análogos; busco la precisión a toda costa, porque "las palabras son nuestros instrumentos y, como mínimo, debemos usar instrumentos claros: debemos saber lo que significamos y lo que no significamos, y estar prevenidos contra las trampas que nos tiene el lenguaje", decía. Nuestras frases son nuestros significados. Si nos olvidamos de ello caeremos en la hipersimplificacion que "podría llamarse la enfermedad profesional del filósofo, si no fuera su profesión". Nuestras palabras comunes son mucho más sutiles es sus usos y marcaron muchas más distinciones de lo que piensan los filósofos.
En la filosofía, decía, se presenta la opinión de un erudito; o sea, de un filósofo.

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